Buenas tardes, caravaqueños y caravaqueñas!!!

Os escribe una catalana de padre caravaqueño al que en estas fechas recuerdo muy especialmente, que me inculcó el amor por vuestra tierra a la que también considero mía y que he visitado siempre que he podido aunque menos de lo que quisiera.
En más de una ocasión se me han saltado las lágrimas de emoción al oír vuestro himno en la Plaza del Arco, con los acordes del Chocolatero o con las melodías de las cábilas y el balanceo de moros y cristianos a su paso en el desfile por la Gran Vía, cómo no emocionarse…En más de una ocasión, cuando no podía estar presente en vuestras maravillosas fiestas y era estudiante en la Universidad e incluso alguna vez siendo ya profesora de instituto, la mañana del 2 de mayo me había anudado al cuello mi pañuelo rojo bordado de los Caballos del Vino que guardo con tanto cariño, pensando con nostalgia que el mismo sol de aquella mañana en Barcelona era el mismo que haría brillar los deslumbrantes hilos de oro de los mantos de los caballos y cerrando los ojos imaginaba las escenas de algarabía de la gente del pueblo por las calles, las camisas blancas, las botas de vino y el ir y venir de las peñas, al compás de las bandas de música.iii Cuánta emoción contenida!!!Este año volveré a recordaros con mucho cariño y con la esperanza de compartir en la distancia las fiestas con vosotros, si la bendita tecnología lo permite. Siempre será un orgullo para mí tener a Caravaca como referente familiar y cultural.
Os deseo de corazón unas Felices Fiestas y que la Santísima y Vera Cruz vele por todos nosotros