La prefiesta caravaqueña suele comenzar sus ecos por el mes de marzo. Aunque muchas cabezas trabajan en las fiestas durante todo el año, es con los primeros aires de la primavera cuando los caravaqueños sienten que su momento grande se acerca.
Son muchos los actos que se celebran en la prefiesta y no todos los años se llevan a cabo en su totalidad, puesto que algunos, como las presentaciones de reyes o sultanes se realizan normalmente cada dos años, cuando se eligen nuevos representantes.
En este apartado aparecen los actos más relevantes de la prefiesta caravaqueña.
Presentaciones y Gala Festera
Parte indivisible de las Fiestas de la Vera Cruz es, como no puede ser de otro modo, las personas que desde diferentes esferas integran los aspectos que dan forma a las celebraciones. Uno de los “recursos humanos” imprescindibles para el desarrollo de las fiestas son los Bandos Moro, Cristiano y de los Caballos del Vino. Los dos primeros representan la Historia de la ciudad; el tercero, una de las tradiciones más vistosas de la Región. Como engranajes de la Fiesta, deben tener una cabeza visible, una representación, y tales figuras se encarnan en los Reyes Cristianos, los Sultanes Moros y las Amazonas.
Todos ellos participarán activamente en cada uno de los actos esenciales de las Fiestas, como por ejemplo El Parlamento en el que ambos gobernantes se enzarzan en una batalla dialéctica. Tales figuras requieren de una “presentación en sociedad” dado que “reinarán” por dos años. Tales actos son las Presentaciones, que se celebran en el mes de Marzo. En ellas se dan a conocer como acto oficial a los Reyes y Sultanes, infantiles y seniors, así como a las Amazonas que representarán a los Bandos en particular y a las Fiestas de la Vera Cruz en general.
En los actos preparatorios de las Fiestas en Honor a la Vera Cruz también se da reconocimiento a las personas que han contribuido de una forma u otra con el desarrollo de las Fiestas y su expansión. En la llamada Gala Festera se nombran y galardonan a los festeros honrados con ésta mención por su trabajo o actuaciones en pos de las celebraciones. En la Gala se nombra al Cristiano del Año, Moro del Año, Caballista del Año, Festero del Año y Cofrade del Año. Personas todas ellas que han contribuido durante el pasado año al engrandecimiento de las Fiestas de la Cruz de Caravaca.
Los Bailes
Las Fiestas en Honor a la Santísima y Vera Cruz resultan muy movidas en cada uno de los días de su duración. Desde las pasiones que despiertan en el 2 de mayo hasta la intensidad religiosa del 3, cada jornada festiva cuenta con actividades que se desarrollan a lo largo del día. Aún sabiendo éste aspecto, el pueblo de Caravaca, fiel apasionado de sus festividades, comienza a calentar el ambiente desde el mes de abril, concretamente los tres últimos fines de semana antes de la Noche de las Migas.
Son los llamados “Bailes”, respectivamente y en orden cronológico “Del Cristiano”, “Del Moro” y “Del Pañuelo”. El primer Baile, el del Cristiano, está organizado por el Bando homónimo, al igual que el Baile del Moro; el del Pañuelo lo organiza el Bando de los Caballos del Vino.
Los tres Bailes tienen en común un itinerario de actividades a lo largo del día (normalmente sábado) que incluye pasacalles con bandas y charangas, comidas, juegos infantiles y actuaciones musicales por la noche, amén de cerveza y tapas “populares” en el lugar de concentración del Baile en cuestión, cada uno de ellos ambientado y decorado conforme al Bando que lo organiza. Los Bailes han ganado peso en la tradición festera de Caravaca de la Cruz a lo largo de los años, y aunque no son fiestas “oficiales” propiamente dichas, sí que son tiempos de convivencia y preparación para las auténticas celebraciones y parte indisoluble de éstas.
El Tío de la Pita, gigantes y cabezudos
Llega en el transporte público, con el reducido equipaje de una dulzaina. Tras él, un chaval con un tambor, ambos vestidos a juego a la manera tradicional. Cuando arriba a la ciudad y comienza a interpretar la Serafina, los niños salen de sus casas y le siguen alborozados a la Placeta del Santo, donde participarán en juegos hasta la puesta del Sol.
Ésta escena, que parece propia de tiempos más pretéritos, se repite cada año desde hace generaciones en la localidad de Caravaca de la Cruz con un significado muy concreto: las Fiestas de la Vera Cruz están a la vuelta de la esquina. Aunque éstas pueden ser disfrutadas por adultos y menores, el Tío de la Pita, como se conoce a ésta figura desde hace siglos, es el aspecto dedicado exclusivamente a los pequeños. El 24 de abril aparece (tradicionalmente llega en autobús) y recorre los colegios anunciando a la chiquillería, con melodías populares tradicionales, que ya ha llegado el momento mas esperado para ellos en éstas fechas.
Por la tarde, iniciando la fiesta en la Placeta del Santo, en pleno casco medieval, donde harán juegos y recibirán a los “Gigantes y cabezudos” al grito de “¡gandules, gandules!” por haber “dormido” durante todo el año en sus almacenes, después el Tío de la Pita recorre las calles reuniendo público infantil. La algarabía termina el día 29 de abril, justo a tiempo para el comienzo de las Fiestas. Aún hará una aparición más durante el 2 de mayo en plena mañana caballista, es entonces cuando el Tío de la Pita se retira silenciosamente hasta el año siguiente.
A modo de pie de página histórico, el Tío de la Pita encuentra sus raíces alrededor del siglo XVIII, cuando visitaba diferentes localidades rurales anunciando el fin del invierno y la entrada primaveral. Tal tradición se ha ido adaptando a lo largo de los siglos a las necesidades de las diferentes celebraciones patronales y religiosas, hasta llegar a nuestros días de ésta forma.
Al Tío de la Pita lo acompaña la Asociación de Amigos de los Gigantes.
El Tío de la Pita, gigantes y cabezudos
La Noche de las Migas es, por así decirlo, el inicio oficioso de las Fiestas en Honor a la Santísima y Vera Cruz. A diferencia de los otros capítulos de la Fiesta, éste no está basado en tradiciones históricas ni religiosas, sino en la más castiza costumbre gastronómica del Noroeste, siendo el exponente máximo las migas de harina con tropezones.
En ésta noche, el protagonismo está repartido entre las coloridas peñas migueras que hacen hervir las calles con charangas y cantos y el Certamen de Migas del Noroeste, celebrado en la histórica Plaza del Hoyo de Caravaca y calles anexas, en el que las diferentes peñas compiten por elaborar las mejores migas de harina, cocinadas in situ con toda la ciencia y paciencia que requieren, y juzgadas por una comisión designada para ello. El resto de la noche, charangas, batucadas, actuaciones en directo en el Hoyo, donde confluye el grueso de la fiesta, y algarabía general en la jornada más díscola de las celebraciones.