¿QUÉ ES LA CRUZ DE CARAVACA?

Si usted preguntara a cualquier caravaqueño de a pie por el origen de la Santísima y Vera Cruz de Caravaca, oirá al menos dos versiones diferentes: Unos que le dirán que fue traída por los ángeles divinos un 3 de Mayo de 1232 por requerimiento del sacerdote Pérez Chirinos y para asombro y conversión del reyezuelo musulmán Ceyt Abu-Ceyt. Otros ciudadanos, recurriendo a la erudición, les responderán que la Cruz pertenecía al Patriarca Roberto de Jerusalén; cayó en manos musulmanas, siendo rescatada y portada a Caravaca por los cruzados. Dos orígenes para un solo símbolo, una sola Fe. Y es que aunque la idiosincrasia caravaqueña favorezca que cada cual aporte su granito de arena a la historia de la Cruz, esto no es sino el síntoma de la profunda reverencia que la Reliquia inspira en todos los habitantes de la ciudad.

¿QUÉ SIMBOLIZA LA CRUZ DE CARAVACA?

La Santísima y Vera Cruz es un símbolo que ha traspasado fronteras, siendo constante su presencia en naciones de todo el mundo y adorada como uno de los iconos más reconocidos y piadosos del mundo cristiano; las múltiples leyendas, ciertas o adornadas, que respaldan el poder de la Reliquia a lo largo de los siglos no son sino testimonios de la fama y consideración que siempre ha habido hacia la Cruz. Pero la influencia del símbolo no se limita sólo a los practicantes de la Fe cristiana; tal es la presencia y grandiosidad del significado de la Vera Cruz que inspira humildad incluso en los no creyentes. Allá donde se mueve la Santa Reliquia, una marea de gente de toda condición y credo la sigue; pues no es sólo un símbolo cristiano, es la identidad de todo un municipio, el signo en el que se ven reflejadas decenas de miles de personas que lanzan vivas y vítores al paso de la Santísima Cruz, pues el Símbolo pertenece a todos y cada uno de los caravaqueños que se definen a sí mismos como tales, y anida también en el espíritu de todos aquellos visitantes que llegan hasta el Santuario y adoran la Cruz, viendo el fervor que despierta la Reliquia en todos los que son bendecidos con su presencia. No olvidemos que la Cruz presta su nombre a una ciudad, la cual es además Santa y con año Jubilar a perpetuidad. Tales condiciones no se logran sino con la Fe y el respaldo de todo un pueblo que siente cómo su sangre y su espíritu comienzan a bullir conforme se acercan las fechas de celebración de las Fiestas en Honor a la Santísima y Vera Cruz.