Día 2 de mayo

Día 2 de mayo

El día dos de mayo es el día grande de los Caballos del Vino en Caravaca. Un día en que la ciudad se viste de blanco, rojo y oro. Los colores de los caballistas y los bordados de los mantos. La ciudad se llena de alegría, fiesta y hermosos animales vestidos con no menos bellos ropajes. Un espectáculo digno de ver y único en el mundo entero.

La mañana del 2 de mayo es una mañana muy activa. Se dice que los caballistas comienzan a las 4 de la madrugada su actividad, incluso antes. Con las calles aún en calma y la mayoría de caravaqueños descansando para el gran día que se avecina, los caballistas se encierran en bajos o cocheras con un reducido número de personas para realizar el ritual de vestir al caballo. Suelen ser rituales íntimos y a los que solo se puede acceder si se conoce a las personas adecuadas. Es todo un honor ver como visten a un caballo.

A las siete de la mañana, con el repique de campanas y la fuerte tronería, Caravaca despierta. Comienza el gran día de los Caballos del Vino, llega repleto de actos: los caballos ya están en la calle.

El día dos de mayo los actos se suceden uno tras otro, incluso algunos se solapan, aquí tienes una detallada explicación de cada uno de ellos:

Misa de Aparición

El primer acto de la mañana es la misa de aparición. Realizada al aire libre y en un entorno peculiar: el bañadero o el Templete, como se conoce comunmente a este monumento. Las peñas caballistas y representantes de los tres bandos acuden a la misa para asistir a lo que será la conmemoración de la aparición de la Cruz en Caravaca.

La gente se agolpa alrededor del Templete para oír la misa y ver como desciende la Cruz portada con ángeles como sucediera en el año 1231 según cuenta la leyenda:

Estando Caravaca tomada por las huestes del reyezuelo musulmán Ceyt AbuCeyt, éste quiso saber a que se dedicaba uno de sus prisioneros: Ginés Pérez Chirinos. Era sacerdote y su oficio consistía en decir la misa. Ceyt AbuCeyt quiso conocer de primera mano que era eso de “celebrar misa”. Así que mandó organizar todo para realizar el ritual cristiano.

Estando todo dispuesto y Chirinos preparado para comenzar la misa, éste advirtió que faltaba un elemento importante para llevar a cabo el ritual: la Cruz. Así lo hizo saber a AbuCeyt, sin la Cruz no se podía oficiar la misa, pues era el elemento central de la liturgia, el símbolo de todo cristiano. En esto estaban, cuando una gran luz apareció en lo alto y dos ángeles, portando una Cruz de doble brazo, descendieron ofreciendo la reliquia al sacerdote.

Tan impresionado quedó el sultán AbuCeyt que tiempo después acabó por convertirse al cristianismo bajo el nombre de Vicente Belvis. Caravaca ya tenía a su Cruz y la Cruz ya estaba en su pueblo.

Con esta conmemoración y este importante acto da comienzo el día, en el que viviremos muchas emociones y pasiones, pues muchos caravaqueños llevamos los Caballos del Vino dentro de nuestro corazón.

La Misa de Aparición se celebra a las 9 de la mañana en el Templete.

Se puede asistir libremente a la misa y se participará desde fuera del edificio del Templete ya que su entrada está reservada para cargos festeros y autoridades. La indumentaria es la que se recomienda para todo el día 2: pantalón cómodo, por ejemplo vaquero, calzado cómodo y camisa, camiseta o sudadera blanca con pañuelo rojo al cuello.

Cuesta de la Simona

Se llama Calle del Hoyo, pero la conocen como Cuesta de la Simona. La mayor parte del año solitaria, silenciosa, un reto para las piernas; al llegar arriba, las pulsaciones se han doblado, como poco. Pero el día 2 de Mayo la Simona se transforma. Las pulsaciones vuelven a aumentar, pero por motivos diferentes. La Simona se sorprende, pues ha pasado de estar sola a contener cientos, miles de personas, vestidas de rojo y blanco, que jalean, vitorean, se emocionan y aumentan el valor de “el último segundo” al paso de las bestias aceleradas. Pues el día 2 de Mayo, la Simona es testigo de un inicio, una presentación. Los Caballos del Vino son puestos a prueba, muestran de lo que son capaces, y ensayan para la gran Carrera que tendrá lugar en la Cuesta del Santuario horas después. Entonces, se someterán al juicio de un cronómetro.

En la Simona lo hacen bajo la mirada del pueblo, pasan la prueba del público. Algunos empezarán a especular resultados, los prudentes aguardarán a la Carrera del Castillo. Los mozos que van con los caballos guardan silencio. Su mente y su concentración ya se encuentran allí. La Simona es un ejemplo, un aperitivo, el entrante fuerte. Es en la cuesta del Castillo donde se van a mostrar las cartas.

Comienza tras la Misa de Aparición, en torno a las 9:30-10h. Los caballos inician el pasacalles en el Templete y aquellos que lo desean realizan una carrera en la cuesta de la Simona (calle del Hoyo)

Este es un acto que entraña riesgo si no lo conoces. Aglomeración de gente y caballos al galope. Para verlo con seguridad se recomienda situarse en los cruces de la Calle Primera Traviesa. Si tienes dudas sobre cómo actuar en esta fiesta consulta nuestro apartado de consejos.

Moros y cristianos por la mañana

No solo los caballos salen a la calle el 2 de mayo. También las kábilas moras, así como los grupos cristianos, desfilan esta mañana por Caravaca. Es día de alegría y mucho colorido, al que aportan su granito los moros y cristianos, con sus trajes y sus pasodobles. Los tres bandos unidos: caballistas, moros y cristianos desfilan a media mañana con los ojos puestos en el Castillo, pues hacia allí se dirigen sus pasos.

Por las principales calles de la ciudad podemos verlos desfilar para ternimar ascendiendo a la Basílica Santuario. Ascenso que comienza sobre la una y en el que también se lleva a cabo el inicio de otro de los rituales importantes de este 2 de mayo: el de la bandeja de flores. Antes de la subida al Castillo, las hermanas Clarisas entregan al Hermano Mayor de la Cofradía una bandeja de flores que serán bendecidas en el Santuario. La bandeja de flores es portada por el Hermano Mayor hasta los pies de la cuesta del Castillo, donde es entregada al Alcalde de la ciudad que la llevará hasta el interior del Santuario.

Después inician su ascenso los moros, cristianos y en último lugar las peñas caballistas que ya están preparadas para la gran carrera que se avecina.

A partir de las 12h. se puede ver el pasacalles de Moros y Cristianos. Desde el Templete, hasta la Plaza del Arco, desfilarán los distintos grupos para bajar después por la Gran Vía y dirigirse por Rafael Tejeo y Calle Mayor con dirección al Castillo.

Para ver el pasacalles de Moros y Cristianos, así como a continuación las distintas Peñas Caballistas, se puede adquirir una entrada (comprar aquí) en las tribunas de la Gran Vía. Esta entrada además puede incluir la opción de comida (Arroz popular en el recinto ferial).

Carrera de los Caballos del Vino

El evento de los Caballos del Vino, descritas por Dº Pedro Ballester, Capellán del Santuario de la Vera Cruz, como “Insólito y pasional”, cobra todo su significado y sentido en uno de los actos centrales de las Fiestas en Honor a la Santísima y Vera Cruz: la Carrera de la Cuesta del Santuario, conocida popularmente como “La Cuesta del Castillo” o simplemente “La Cuesta”. Dos palabras que apenas pueden contener el torrente de pasión, fuerza y adrenalina que se desata en éste episodio de la Fiesta.

Concebida desde el principio como una contrarreloj en la que compiten los diferentes animales de las peñas caballistas, sus orígenes legendarios se remontan a la Edad Media, cuando los cristianos templarios rompieron el cerco musulmán bajo el que se encontraba el Alcázar, a la carrera con la fuerza de sus caballos, para llevar pellejos de vino a los prisioneros que allá arriba padecían cautiverio. La génesis mas “real” de la carrera se encuentra en el cuarto final del siglo XX, cuando los mozos vecinos de la calle Larga se reunían para competir por el caballo más veloz en subir la cuesta del Castillo para llevar a bendecir los vinos.

Tanto en el pasado como en el presente, la Carrera es uno de los acontecimientos más esperados y multitudinarios de las Fiestas de Caravaca. La contrarreloj con la que se prueban los caballos determina cuál de ellos es el más rápido en ascender la cuesta; pero no todo se basa en la velocidad del animal. Las reglas de la carrera exigen que el caballo llegue a meta con sus 4 caballistas asidos a los flancos, so pena de ser descalificado. Entra en juego por tanto la pericia y resistencia de los mozos que controlan a la bestia, los cuales deben prepararla, guiarla y contenerla, si llegara el caso. La emoción de las peñas se palpa en el ambiente cuando sus caballos ascienden, y la tensión y los nervios están presentes en todo momento al comprobar los tiempos que marcan sus rivales.

Al terminar de ascender todos los animales, se procede a entregar los trofeos a las diferentes categorías en la explanada del Santuario, acto en el que participan las autoridades locales y festeras. Es necesario remarcar la extrema precaución con la que se debe asistir al evento de la Carrera de la Cuesta. Es un acto muy popular, por lo que el lugar se atesta de público que ha de apartarse en el último segundo para dejar paso a los caballos y los caballistas. La aglomeración de personas, la velocidad de los animales, tropezones e imprudencias hacen que la Cuesta conlleve cierto pequeño riesgo, que se evita y subsana con alerta y sentido común. La Fiesta de los Caballos del Vino existe para ser disfrutada por todos; colaboremos para hacerla segura.

La Carrera de los Caballos del Vino comienza a las 14h. en el último tramo de la subida a la Basílica, conocido popularmente como “Cuesta del Castillo“.

Esta es una actividad con riesgo debido a las carreras de los caballos. Si no has participado jamás debes ser una persona con total movilidad para situarte en la cuesta, en caso contrario es mejor verlo por televisión o desde una de las almenas del castillo. Puedes consultar nuestra página de consejos para saber más.

Bendición de las Flores y el Vino

La Carrera ha dado comienzo y la bandeja de flores ha llegado a la fortaleza. Estos dos actos se solapan en el tiempo, aunque es posible seguir primero la bendición y posteriormente parte de la carrera. Este es un ritual antiguo y de gran importancia. El alcalde de Caravaca, en nombre de la ciudad, ofrenda la bandeja a la Cruz presente en el interior de la Basílica Santuario. Entonces el capellán bendice el vino dispuesto sobre la mesa y sumergiendo la Cruz tres veces, con el goteo rocía las flores. Quedan benditos el vino, subido por el caballo histórico, y las flores ofrecidas por el pueblo de Caravaca, así como todas las flores del día 1 de mayo.

Las flores retornan bendecidas al pueblo, pues los asistentes las recogen con el símbolo bendito de su Cruz. Mientras tanto, fuera de la muralla del castillo se oye el contraste de los gritos de los mozos caballistas que animan a cada uno de los animales que suben la cuesta. Es esta una fiesta de gran contraste, mezclando la solemnidad y la intimidad de rituales como la bendición de las flores y el vino, con la tensión y pasión con la que los caballistas viven la carrera. En Caravaca hay momentos para todo.

Este acto comienza también a las 14h. en el interior de la Basílica de la Vera Cruz.

Si quieres asistir a la Bendición de las flores y el vino te recomendamos subir con mucha antelación a la Basílica para poder acceder, ya que el aforo es limitado.

Entrega de premios

La carrera ha terminado, la potencia de caballo y caballista se ha relajado, la explanada del Castillo se convierte en un hervidero de gente esperando la entrega de los premios: el culmen de este día caballista. Autoridades del Ayuntamiento, Cofradía y Bando de los Caballos del Vino, así como las Amazonas son los encargados de dar a conocer los 10 mejor clasificados en carrera (aunque todo el mundo ya sabe qué caballo ha sido el más rápido) y la clasificación según el manto: el premio al enjaezamiento, el bordado, el trabajo de todo un año.

Primero los diez premios de Carrera. Del último al primero, los caballos que más rápido han subido con sus cuatro caballistas asidos al animal. Es frecuente que se trate de peñas con una media de edad joven, caballistas que, a pesar de su corta edad, ya son expertos en la cuesta y saben lo que significa llevar el caballo hasta el Castillo. Abrazos, alegría, incluso lágrimas, emociones de unos grandes representantes de la fiesta como son los caballistas. Algunos verán como su entrenamiento de todo el año ha dado fruto y se alzarán con el premio, otros tendrán que probar suerte el próximo día 2 de mayo. A nadie deja indiferente estos premios, merecidos y luchados. Cada caballo que asciende la cuesta inscribe su nombre en la historia de los Caballos del Vino.

A continuación, los premios de enjaezamiento. Aquellos que premian a los caballos mejor vestidos, a las mejores ropas, mejores bordados y mayor originalidad. El caballo y el manto son un todo que hoy, por fin, recibe su merecido premio. Las peñas caballistas se dividen en bloques de cara al enjaezamiento, divisiones que marcan la calidad de los trabajos, siendo los del bloque uno los trabajos más cuidados y tradicionalmente de mayor calidad. Quedar en los primeros puestos del bloque 3 o 2 da derecho a ascender de categoría, al mismo tiempo, quedar en los últimos puestos del bloque 1 o 2 hace perder la categoría de cara al siguiente año. Las votaciones las realizan los propios caballistas, las peñas se votan entre ellas al igual que el bando, entre todos escogen la posición en que queda cada caballo al acabar la jornada.

Son los 10 o 12 primeros premios del bloque uno en los que se puede palpar la tensión. Las peñas invierten mucho en los mantos, no solo económicamente, también esfuerzo y tiempo en sacar verdaderas obras de arte a la calle. Es normal que todos quieran ver a su caballo alzarse con el número uno. Y poco a poco van anunciando los premios, hasta que solo quedan dos. Todos saben en que puesto han quedado, solo dos peñas quedan. Se anuncia el segundo y finalmente el campeón. La alegría estalla, los caballistas se encaraman a la reja donde están las autoridades para recoger su premio y el caballo vencedor corre entre la gente. La música suena y los mozos corean el nombre de su caballo. Son los primeros.

El acto acaba, todos bajan del castillo. Intenso, pero breve, así es el sabor del día 2 de mayo. Los vencedores satisfechos y celebrando su victoria probablemente durante los días de fiesta que quedan. Los que han quedado por detrás no sienten desánimo, ni desfallecen, resurgen con fuerza porque saben que el próximo año tendrán otra oportunidad y desde ya deben comenzar a trabajar. Es un ciclo que se repite con una sana batalla entre hermanos y amigos, todos hijos de un mismo pueblo y bajo la bendición de la Santísima Cruz.

La entrega de premios comienza justo después de terminar la carrera. Aproximadamente a las 17h. aunque la hora puede variar debido a imprevistos con los caballos. Se realiza en la explanada del castillo.

En la entrega de premios hay mucha aglomeración de personas y caballos, por lo que es necesario extremar la precaución si no has asistido antes.

Simulacro de combate y procesión de bajada

Moros y Cristianos han de librar varias batallas en Caravaca de la Cruz. Unos por conservar los territorios ya ganados, y otros movidos por la fuerza de la Fe, y la recuperación de las tierras para el Señor. No se asemeja a las cruzadas en Jerusalén, pero la lid es igualmente violenta y justa. Las tropas piadosas de Fernando III El Santo van al encuentro de las hordas sarracenas de Abu-Ceyt para presentarles batalla; pero no se hará en un campo, donde la flora pueda quedar teñida de rojo, sino arriba, en el corazón de la ciudad: en el Alcázar, ocupado por el moro y prisión de hombres y mujeres cristianos.

En la pendiente que da acceso al castillo tiene lugar, un 2 de mayo, el enfrentamiento entre la Cruz y la Media Luna. Se oirán gritos, alaridos, órdenes frenéticas, entrechocar de hojas y gemidos de muerte. Como año tras año, bajo la estela de la tradición y la historia, sucede en Caravaca al amparo de las Fiestas en Honor a la Santísima y Vera Cruz.

Tras la batalla, en la que Abu-Ceyt se hace con el estandarte cristiano, la Santa Reliquia, acomodada en su espléndido carro de plata, es escoltada por ambos bandos hasta el que va a ser su emplazamiento durante las Fiestas, la Parroquia de El Salvador. Como broche, los ejércitos desfilan por la Gran Vía, para el público que quiera asistir a ese pequeño fragmento de leyenda que viste de oro y seda las calles de Caravaca de la Cruz.

El Simulacro comienza en torno a las 20:30h. y se celebra en el último tramo de la subida a la Basílica (Cuesta del Castillo).

Si deseas ver el Simulacro de Combate, debes subir a la cuesta del castillo con antelación, puesto que el espacio es limitado y suele estar lleno de gente.