Exposición de enjaezamientos
Tras haber visto los Caballos a Pelo en la Plaza del Hoyo, el día 1 de mayo podemos ver otro de los elementos que se utilizan en los Caballos del Vino el día 2: el manto. El manto lo componen las distintas piezas que sirven para vestir al caballo, lujosamente bordadas con seda e hilo de plata y oro. Son verdaderas obras de arte que durante esta noche tenemos ocasión de observar detenidamente, ya que el frenesí y la fiesta del día siguiente, por lo general, impiden ver los detalles de estas obras.
En distintos bajos y locales repartidos por toda la ciudad, las peñas caballistas montan las exposiciones del trabajo de todo un año. Se pueden visitar entre las 8 de la tarde y las 12 de la noche aproximadamente. Los caravaqueños y visitantes pasean por la ciudad para disfrutar de todas estas exposiciones y juzgar, según sus criterios, los mantos de cada peña. En los corrillos de amigos, todo el mundo tiene su preferido y hacen sus apuestas para ver quién quedará primero el día siguiente.
Ya hemos podido observar los distintos elementos de los caballos del vino por separado: caballo y manto. Será al día siguiente, cuando veamos la forma de vestir al caballo y cómo luce el manto cada animal, cuando podamos realmente saber si merece estar entre los mejor enjaezados.
Consulta próximamente los lugares de exposición de cada peña caballista.
conviene saber:
La noche del uno de mayo podrás disfrutar en distintos lugares de Caravaca de los mantos expuestos con los que los caballos irán enjaezados el día dos. Y el día dos podrás verlos puestos en los propios caballos, pero te recomendamos que siempre pidas permiso antes de acercarte a un caballo si quieres verlos de cerca y también si puedes tocarlos, pues son auténticas obras de arte bordadas.
El mejor enjaezado
¡Atención!
Los caballos corren a recoger sus premios y las peñas gritan alegres. No es un lugar recomendable para personas con movilidad reducida.
Los premios de enjaezamiento son aquellos que premian a los caballos mejor vestidos, a las mejores ropas, mejores bordados y mayor originalidad. El caballo y el manto son un todo que hoy, por fin, recibe su merecido premio. Las peñas caballistas se dividen en bloques de cara al enjaezamiento, divisiones que marcan la calidad de los trabajos, siendo los del bloque 1 los trabajos más cuidados y tradicionalmente de mayor calidad. Quedar en los primeros puestos del bloque 3 o 2 da derecho a ascender de categoría; al mismo tiempo, quedar en los últimos puestos del bloque 1 o 2 hace perder la categoría de cara al siguiente año. Las votaciones las realizan los propios caballistas; las peñas se votan entre ellas al igual que el bando, y entre todos escogen la posición en que queda cada caballo al acabar la jornada.
Es en los 10 o 12 primeros premios del bloque 1 en los que se puede palpar la tensión. Las peñas invierten mucho en los mantos, no solo económicamente, también esfuerzo y tiempo en sacar verdaderas obras de arte a la calle. Es normal que todos quieran ver a su caballo alzarse con el número uno. Y poco a poco van anunciando los premios, hasta que solo quedan dos. Todos saben en qué puesto han quedado, solo dos peñas quedan. Se anuncia el segundo y finalmente el campeón. La alegría estalla, los caballistas se encaraman a la reja donde están las autoridades para recoger su premio y el caballo vencedor corre entre la gente. La música suena y los mozos corean el nombre de su caballo. Son los primeros.
El acto acaba, todos bajan del castillo. Intenso, pero breve, así es el sabor del día 2 de mayo. Los vencedores satisfechos y celebrando su victoria probablemente durante los días de fiesta que quedan. Los que han quedado por detrás no sienten desánimo, ni desfallecen, resurgen con fuerza porque saben que el próximo año tendrán otra oportunidad y desde ya deben comenzar a trabajar. Es un ciclo que se repite con una sana batalla entre hermanos y amigos, todos hijos de un mismo pueblo y bajo la bendición de la Santísima Cruz.