HISTORIA DEL GRUPO
Data de 1990, cuando un grupo de amigos de diferentes orígenes festeros deciden poner en marcha una idea diferente para reimpulsar ciertos aspectos de la fiesta que, a su parecer, estaban decayendo.
Puestos en contacto con el bando cristiano, se aconseja refundar alguno de los grupos desaparecidos, en lugar de sacar nuevos nombres a la calle, sin embargo, a pesar de los esfuerzos realizados, esto no fue posible, debido sobre todo a las reticencias de algunos de los antiguos miembros del grupo a refundar. Así las cosas, aparece el nuevo grupo, para lo cual fue clave la documentación histórica sobre la presencia aragonesa en la conquista cristiana de Murcia. De ahí el nombre de Huestes Almogávares de Aragón.
Desde su incorporación el grupo quiso que la marca de su presencia dentro del bando fuese la de la participación en todos los actos festeros. Así fueron los primeros en llevar la barra del recién creado "Baile de la Maza", en 1991, siendo presidente del bando Juan José Avilés, y fue su bandera la que comenzó a lucharse desde el principio en los simulacros de combate, pues ese es también, uno de los principales identificativos del grupo: Participar al completo y en primera línea de batalla en los simulacros del 2 y del 3.
También es distinta su participación en la mañana del día 2, en la que el grupo decidió constituirse en peña caballista y sacar a la calle cada año su propio caballo, "El Almogavar". Los primeros años se recurría a manto viejo, pero con la entrada en el grupo de festeros que provenían de peñas caballistas, y motivados por la urgencia de comer para subir de nuevo la cuesta del castillo vestido de cristiano después de haberla subido de caballista, se comenzó a participar con manto nuevo, habiendo conseguido algunas clasificaciones importantes en carrera, ya que en manto realmente no podemos competir con nuestro presupuesto.
Con el tiempo, en 1999, el grupo decidió también crear su peña miguera, que se inscribió como peña miguera "Almigavar", y que, de momento, no ha conseguido ningún premio, pero sí algunas buenas migas. Pero lo más importante además de su presencia mayoritaria en los simulacros de combate, son los pasillos de honor que se hacen a la vera cruz cuando sale del santuario el 2 por la tarde y a su llegada al templete en la tarde del día 3. Es este un ritual del grupo al que libremente se han ido sumando otros grupos y cábilas, de forma que se refuerza el nexo entre lo festero y lo religioso en esos dos precisos momentos.
FOTOS DEL GRUPO
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